IOM3 – SFP 2024 «Los escritos técnicos de Freud leídos desde Lacan»
Clase General «Psicoanálisis y psicoterapia. Ayer y hoy»
A cargo de Susy Epsztein (APde la EOL y AMP, Docente del IOM3) 31 mayo. 2024
El psicoanálisis nace como intento de hacer con el malestar y la pulsión. Alain Badiou, en su libro “El siglo” describe el siglo en que nace el psicoanálisis: el puntapié inicial del siglo XX es excepcional, consideremos como su prólogo los dos grandes decenios transcurridos entre 1890 y 1914, en todos los órdenes del pensamiento, esos años representan un periodo de invención extraordinario de creatividad polimorfa comparable solo con el Renacimiento Florentino o el siglo de Pericles, es un tiempo prodigioso de suscitación y ruptura. Tiempo en el que nace el Psicoanálisis.
Freud comenzó como un conspirador, en las reuniones miércoles nos dice Miller en un “Esfuerzo de poesía”, se constituyó como síntoma de lo real agujerando los ideales positivistas de la época. Podemos decir que Freud en ese acto herético da cuenta de su coraje, que lo encontramos a lo largo de su elaboración doctrinaria siempre articulado a la clínica.
La doctrina de Freud no es una elucubración teórica, en la Conferencia 16: Psicoanálisis y Psiquiatría, da cuenta del lugar del psicoanálisis y la ética del mismo. Señala Freud, acá no hay problema entre psiquiatría y psicoanálisis, son dos campos que se tienen que complementar. En este texto plantea que es el psicoanálisis; no es una religión, no es un dogma, no es filosofía, es decir no es elucubración teórica, es experiencia, es una práctica y entonces, esa práctica y su desarrollo epistémico se funda en la práctica misma. Esa es la posición ética y el coraje de Freud siempre anudado a la clínica.
Freud lega a la humanidad, como señala en la Carta a Roman Rolland; una osada intromisión, un atrevimiento, un acto subversivo al ideal de la raza humanan al ideal de la conciencia, al ideal de las luces de la modernidad, se entromete ahí para agujerear eso.
La conciencia o la razón no son lo más importante, hay otra escena dice Freud. Los seres humanos dejan de buscar el bien y la felicidad para ser humanos que desconocen sus deseos y que se satisfacen dañándose y dañando a otros. ¿Cuál es el invento freudiano?; ¿el inconsciente?, la pulsión? Freud inventa el psicoanalista. Esta es la gran invención freudiana.
Esta posición herética del psicoanálisis se sostuvo a lo largo del tiempo y se sostiene en los tiempos que corren, es un acto herético. Se puede decir que la herejía es siempre soportar lo real cada vez, y la paciencia como nos indicaba Miller: frente a lo real, paciencia. La herejía es la determinación de sostener una posición no incauta frente a lo real.
¿Qué ofrece el psicoanálisis al mundo? Un tratamiento psicoanalítico ofrece, en palabras de Freud, la capacidad de trabajar, de crear y de amar, nada menos¡¡. En el texto Sobre Psicoterapia (pág. 252), Freud lo dice de esta manera; la terapia psicoanalítica se creó sobre la base de enfermos aquejados de una duradera incapacidad para la existencia y que pudo devolvérseles a un grupo de ellos duraderamente esa capacidad. El psicoanálisis nos vuelve, de este modo, a los sujetos más críticos y responsables. Es una experiencia ética, es una práctica de la ética, que hace que un sujeto abandone, lo que Kant llamó la minoría de edad.
Esta categoría kantiana fundamental para pensar la subjetividad moderna y las categorías freudianas. Postula que lo hombres habitan la minoría de edad, y esta no es una cuestión cronológica, es una posición. Para Kant la ilustración articulada a un ideal de la razón es lo que va permitir a un sujeto salir de la minoría edad, articula la salida de la minoría de edad con la razón como ideal de la época, se sale vía la razón.
Para el psicoanálisis la minoría de edad es la no responsabilidad del sujeto por sus deseos y sus actos, no se trata de la razón, es no atreverse a pensar por sí mismos, es buscar un amo que conduzca, ya sea en política, religión, educación, en el amor. Podemos decir que la minoría de edad es una posición cobarde, desde esta posición siempre vamos a ser víctimas del otro, necesitamos un amo que nos gobierne y la vez somos víctimas de ese amo. (padre, madre, etc…).
El problema de la minoridad de edad es el problema de la neurosis en el sentido de la víctima, “me hacen”. El psicoanálisis es una práctica de la mayoría de edad. El sujeto es responsable de su inconsciente, de su deseo y de su posición de goce.
Aquí se puede marcar una diferencia entre psicoanálisis y psicoterapia, en relación al lugar del Otro, Otro que gobierna, que orienta, el otro que agrega, “vía di porre” y otra posición que se orienta hacia la responsabilidad subjetiva, “vía di levare”.
Me parecen importantes estas coordenadas para leer los textos que están en el programa, que se están leyendo en los grupos. En esta línea, una clave interesante para pensar los textos Freud y del programa es el texto de Freud “Más allá del principio de placer”, en el cap. 3, hace un ordenamiento de la construcción de su doctrina en tres tiempos. Primero “El arte de la interpretación, segundo “el levantamiento de las resistencias y en tercero las resistencias estructurales, para cada de estos tiempos va a definir cuatro variables.
Una variable el ordenamiento del aparto psíquico, segunda, la conceptualización del padecimiento, es decir cómo piensa el síntoma, tercera, criterio sobre la finalidad de la cura, es decir, como piensa la dirección de la cura, y cuarta variable la formulación del lugar del psicoanalista. Con estas se arma un cuadro de doble entrada muy valioso para ir pensando los movimientos y desarrollos de Freud. No sé si llegaremos hoy, pero, sino lo pueden ir haciendo en los grupos de lectura ubicar en este tiempo como se piensan hoy estas cuatro variables.
El primer tiempo, pre-psicoanalítico, hace pie en los “Estudios sobre la Histeria”, con el método catártico, la presión sobre la frente, esos casos clínicos en que el concepto de síntoma, el primer esbozo de inconsciente divorciado de la conciencia, la noción de trauma.
El primer tiempo se inicia con “La interpretación de los sueños”, texto donde Freud formaliza el concepto de aparato psíquico, cuando escribe el esquema del peine y las huellas mnémicas, lo anticipa acá. Todo este primer tiempo, de los casos de Freud que venimos trabajando, Lucy, Elizabeth, corresponden a este tiempo pre-psicoanalítico.
El eje de los textos de Miller y de Freud que venimos trabajando es la función del analista y que lo que determina esa función y da marco al psicoanálisis es el deseo del psicoanalista, no se pude pensar el psicoanálisis sin el deseo de psicoanalista y esto marca una diferencia radical entre psicoanálisis y psicoterapia.
El deseo del psicoanalista es una función, sin este deseo del analista no es posible pensar la práctica, ya que sin él no es posible el vaciamiento de goce que va a orientar, que va a posibilitar la escucha analítica y la renuncia a encarnar el lugar del amo, ya que, como señala Miller en su texto, el lugar del amo queda del lado de la psicoterapia. Lacan, en “La dirección de la cura” (pto. 4) nos dice; no se trata de un analista a salvo de esa patología ni de un analista que para ayudar a otro sujeto debiera ser un hombre feliz, no se trata de eso, de un analista analizado, es sin duda en la relación con el ser donde el analista debe tomar su nivel operatorio.
¿Dónde podemos encontrar en Freud la diferencia entre psicoterapia y psicoanálisis? Desde mi punto de vista, Freud marca la diferencia en el texto “Recordar, repetir, reelaborar” en los Escritos técnicos, que nos técnicas, y en la asociación libre para el paciente y la regla de abstinencia para el analista. “Recordar, repetir, reelaborar” es el texto que ordena epistémicamente el conjunto de los otros, sólo nombro el último párrafo, donde Freud dice; lo que va a marcar la diferencia entre psicoanálisis y psicoterapia es la “reelaboración de las resistencias”, eso que él nombra “reelaboración de las resistencias” va a ser una anticipación de lo que después va a trabajar en “Construcción en análisis”. Dicha reelaboración es lo que va producir a producir el máximo efecto de alterador de la pulsión, es lo que altera la posición de goce. En este momento resistencia es igual a represión, la misma fuerza de la represión es la que opone la resistencia. Freud va a intentar levantar las resistencias por medio del llenado las lagunas del recuerdo y hacer consciente lo inconsciente, cuando se refiere a las reelaboraciones se está refiriendo a las resistencias, que más adelante va a llamar resistencias estructurales, por ejemplo, la compulsión a la repetición.
¿Dónde ubicamos en Freud el deseo del analista? Lo leemos en lo que él va a trabajar en la regla de abstinencia, en lo que el analista se abstiene cuando escucha y cuando dirige una cura. La regla de abstinencia es el nombre freudiano del deseo del analista. Se orienta a la abstinencia de goce, que el analista no goce en la dirección del tratamiento con sus propios ideales, con sus creencias, con su fantasma, con sus deseos, ni con su inconsciente, tiene que haber un vaciamiento de eso para que el analista pueda escuchar, también tenemos que saber que hay restos sintomáticos y un fundamento neurótico del deseo de analista.
A continuación, Melina Rosales desarrolla una puntuación del caso Elizabeth sobre el cual se articulan los conceptos trabajados.
Reseña Roberto Araya – CID San Luis