Clase general de abril. “Producción de los Cuatro discursos”.
A cargo de Miriam Soae.
La docente comienza su clase ubicando el seminario 17 en el 5° paradigma del goce, que es el goce discursivo. Tal como lo presenta Miller en los Paradimas del goce. Y hace la diferencia con los otros paradigmas.
Trabaja sobre la constitución del sujeto alrededor de un vacío, a partir de un trazo S1, del que no se sabe nada, el cual sólo podremos leer a partir de un S2. Si hay S1 y S2 entonces habrá un producto, una pérdida que es un a. Y eso es el goce. De esa pérdida que acontece con el trazo algo e recupera. Por eso a este paradigma 5 Miller lo llama Migajas del goce. El sujeto por su parte siempre está en fuga, un sujeto de discurso. Lo diferencia del discurso capitalista en donde hay rechazo del vacío y de la castración. El discurso capitalista ofrece objetos que colmen ese vacío.
Ese S1 se suelda con ese a y es la soldadura que representa al sujeto. El sujeto surge a través de esa marca. Y así se sustituye el organismo.
El significante nace de la huella borrada. Las cuatro formas episódicas del objeto a son formas de borrar al sujeto .
El encadenamiento de S1 S2 S3 S4…. Con ese a por debajo, eso es el saber.
El seminario 17 es la inserción de significante y goce.
En la clase 1 del se 16 trabaja ese a como plus de goce, que es como se presenta o se representa el goce.
Ese objeto a es la esencia del discurso psicoanalítico, que es un discurso sin palabras, es decir que excede la palabra. Un discurso nos dice, es un modo de organización del mundo, es decir que el discurso psicoanalítico es más que el inconsciente.
Ubicó el goce del que nos habla Lacan, con sus raíces en el más allá del principio de placer de Freud, y esa experiencia displacentera que se repite, el goce tiene que ver con esa repetición, se accede a esas migajas de goce por repetición. (No ya por transgresión como lo ubicaba con Antígona en el seminario 7.) Y al discurso como lo que detiene al sujeto en su camino al goce, y lo mantiene (al sujeto) dentro de los límites del placer.
Marcela Finos. Cid San Luis.