Contribución
Romina Salomón
Cómo transitamos los días? Y las noches? Qué demonios nos invaden? Qué confusiones se disipan? O se crean? Cómo respondemos desde nuestra singularidad, más allá…
Comparto un poema del francés Charles P. Baudelaire titulado “El examen de medianoche” y publicado en la obra “Las Flores del mal”.
- EL EXAMEN DE MEDIANOCHE
El péndulo, sonando la medianoche,
irónicamente nos induce
a recordar qué uso
hicimos del día que se fue:
—Hoy, fecha fatídica,
viernes, trece, hemos,
malgrado todo lo que sabemos,
llevado el tren de un herético,
Hemos blasfemado de Jesús,
de los Dioses ¡el más incontestable!
Como un parásito en la mesa
de cualquier monstruoso Creso,
para complacer al bruto,
digno vasallo de los Demonios,
Hemos insultado lo que amamos
y halagado lo que nos repugna;
Contristado, servil verdugo,
el débil que injustamente se desprecia;
saludado la enorme Bestia,
la Bestialidad con testuz de toro;
besado la estúpida Materia
con gran devoción,
y de la putrefacción
bendecido la descolorida luz.
Finalmente, para ahogar
el vértigo en el delirio,
sacerdotes orgullosos de la Lira,
cuya gloria consiste en desplegar
la embriaguez de las cosas fúnebres,
Hemos bebido sin sed y comido sin hambre! …
—¡Rápido, soplemos la lámpara, a fin
de ocultarnos en las tinieblas!