5ta. Clase General. “Entre aletósfera y letosas, ¿qué lugar para el psicoanálisis? A cargo de Marcela Finos (12/9/2020)

“Entre aletósfera y letosas, ¿qué lugar para el psicoanálisis?

El día sábado 12 de septiembre se realizó la quinta clase general del Seminario Clínico a cargo de Marcela Finos (Gestión de Enlaces del CID San Luis).

Marcela tituló su clase: “Entre aletósfera y letosas, ¿qué lugar para el psicoanálisis?

 

Jean-Michel Basquiat

La docente comienza ubicando el esquema del recorrido que va a desarrollar e inicia la misma del siguiente modo:

Primero a partir de la ubicación del goce en el seminario 17, pero haciendo un recorrido previo hasta llegar a éste.

Hace una puntuación de los tres primeros paradigmas del goce, para detenerse en la articulación entre el cuarto y el quinto.  Punto en el que la docente abre la pregunta: El goce discursivo ¿Qué es?

Allí afirma que el goce discursivo, es en el que significante y goce tienen una relación primitiva, adviniendo al cuerpo de manera inseparable; ubica esta operación con y a partir de una pérdida, pérdida de goce. Pérdida que torna necesario un intento de recuperación que se hará de forma permanente. El fracaso de recuperación de goce será igual de permanente, una y otra vez.

Trabaja los distintos modos en el que el sujeto lo intenta, para resaltar la dimensión de resto que hay en ese intento de recuperación, destaca ese desfasaje estructural entre lo perdido y lo recuperado en tanto esa recuperación es siempre parcial y jamás logra recubrir esa pérdida inaugural, precio que pagó el sujeto por advenir al lenguaje como sujeto. Por consentir habitar y ser habitado por él.

En este punto  empalma con la asociación existente entre ciencia, tecno ciencia y mercado que aprovechando ese desfasaje entre el placer o satisfacción buscada y esperada, y la satisfacción obtenida que siempre es menos, produce lo que Lacan llamó la multiplicación de las letosas. Objetos plus de goce. No sólo refiriéndose a los pequeños gadgets, sino a un sin fin de cosas que el mercado ofrece para convocar el deseo y taponar la falta en ser estructural, sin jamás conseguirlo por supuesto. Dejando al sujeto consumidor, en un estatuto de objeto, consumido.

Marcela compartió un oportuno video de: “Instrucciones para dar cuerda a un reloj”, de Julio Cortázar, con lo cual cerró la primera parte de su exposición:

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

«Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj” (Julio Cortázar).

La segunda parte de su clase abre con una cita del capítulo XI del seminario 17 que estamos trabajando: …”afecto sólo hay uno: el producto del apresamiento del ser que habla en un discurso, en la medida en que dicho discurso lo determina como objeto”. Y para ubicar ese apresamiento en el discurso se sirve del cogito cartesiano en la variación que Lacan hace en este seminario, para ubicar lo que allí se elide. Y cómo, lo que allí se elide, la dimensión subjetiva y la angustia que se constituye en el mismo movimiento de la marca de goce que produce el significante, es rescatada por el psicoanálisis, por el psicoanalista. Así el psicoanálisis se constituye a la vez que la ciencia, en tanto toma al sujeto que ésta deja por fuera. Pone en relación  entonces el cogito cartesiano y lo que  el mismo elide.

En este punto Marcela articula lo expuesto con  una viñeta publicada  en el libro “Adicciones” de Luis Darío Salamone, allí toma un caso de adicción grave, ubicando como el analista aloja a un sujeto, ese mismo que la psiquiatría había dejado reducido a una medicación y un diagnóstico, un objeto. Es ahí en la dirección de la cura, a partir de la instalación de la transferencia, que el sujeto puede empezar a relatar, a subjetivar su historia. Allí el analista interviene haciendo emerger los significantes que han mordido el cuerpo del sujeto. Cortando sus cadenas significantes que son cadenas de goce, y así  provocar cierta pérdida de ese goce mortífero. Dicha cesión de goce que fue posible de parte del sujeto, le valió a éste, para perder algo de ese sufrir de más en la vida, que es en definitiva, como nos decía Lacan, lo único que justifica nuestra intervención.

Agradecemos a Marcela el exquisito recorrido que nos brindó como así también la claridad y precisión a lo largo de su clase lo cual generó un interesante intercambio en el diálogo con el resto de los participantes.

 

Patricia Rojo – CID San Luis

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