En agradecimiento a la puesta al día que nos hizo Marisa Morao y a modo de continuar con sus reflexiones, me permito retomar el estilo de su exposición, cuando señala “que no hará un recorrido en función de la historia de la psiquiatría académica sino como movimiento a partir de las escansiones, rupturas que hacen que aparezcan entidades clínicas, conceptos, obstáculos y problemas, como lo hace el psicoanálisis, a partir de los obstáculos”.
Cómo se fueron dando las estructuras clínicas, cómo fue el surgimiento de la clínica psiquiátrica con el objetivo de captar la dialéctica en la que se van produciendo las entidades clínicas, como fueron naciendo la Paranoia de Kraepelin, Bleuler con su crítica a la Demencia Precoz y el nacimiento de lo que Freud llamó la Esquizofrenia, que para Lacan es parte de las Psicosis.
Pensar en una entidad clínica, no es posible sin un antecedente, porque no se trata de un objeto natural, sino que es un hecho de cultura, es una producción que se produce en un momento determinado.
En relación a un concepto psicológico podemos decir que Salud/ Enfermedad, Patología/Normal son hechos de cultura. Esto es muy importante porque la manera en que se aborda la clínica, no es sin consecuencias. Esto nos interesa porque esas consecuencias tienen efecto en los sujetos.
Como bien decía Freud, no hay progreso en la civilización porque esto se explica por la presencia de la pulsión de muerte, por lo que confirmó que hay que pensar en términos de ciclos y no de progreso.
La docente ubicó un primer atisbo de base científica, que tuvo un efecto sobre los enfermos mentales, porque los liberó, separándolos de los vagabundos, delincuentes y prostitutas, llevándolos al campo de la medicina.
De lo religioso a lo científico, fue el movimiento donde aparece Pinel, con un auténtico corte que libera a los enfermos de las cadenas marginales, volviendo al método y a la descripción de las estructuras, a partir de un síntoma central, lo que se da a llamar como la clínica sincrónica, a diferencia de la clínica diacrónica que le interesa la evolución, como a Bercherie.
Comienzan a aparecer psicoterapias, modos de tratamientos de las pasiones morales, por causa de la alienación mental que se organizó en cuatro especies ordenadas alrededor de un síntoma central: Manía, Melancolía, Demencia e Idiocia, estos eran los grandes cuadros que requerían un abordaje terapéutico en instituciones terapéuticas y re educativas. Surge el asilo con sus normas y su dirección en la persona del médico que es quien las prescribe, diferenciándose de la figura del cuidador. Surge la figura paternal de quien tiene la responsabilidad del tratamiento particular, que es una diferencia con la anterior mirada universal.
Kraepelin, de tradición organicista y representante paradigmático de la clínica diacrónica, distingue categorías nosográficas para incluir casos en una u otra categoría trazando el mapa de la psiquiatría contemporánea. Quien dio una definición precisa en relación a los delirios sistematizados del paranoico que tienen un sistema delirante duradero e imposible de quebrantarse a diferencia de la parafrenia y de la demencia precoz. Por lo que el paranoico decía, es un enfermo constitucional cuya causa reposa en 2 mecanismos fundamentales, el delirio de referencia y el delirio de significación personal.
Lacan enriquece la conceptualización de Kraepelin, ya que afirmó que el lenguaje en el delirio sistematizado es sin punto de capitón y está acompañado de la certeza, ello le concierne, siendo esta la forma del fenómeno elemental de autorreferencia. Éstos no son productos de la razón, re aparecen como fenómenos en lo real, dejando alterado su lugar y su percepción de la realidad, quedando en posición de fuera de discurso y fuera de la realidad.Toman la forma de fenómenos elementales por tener la estructura elemental, como una hoja que reproduce la estructura del árbol.
Clérambault, los llamaba automatismos mentales que pueden ser mental, motor o sensitivo, pero cuando se le suman los delirios sensoriales (auditivos o sensoriales), afecciones sin objeto, cuyo orden puede ser temático, verbal, objetivo o personal, estamos frente a las grandes construcciones delirantes o grandes automatismos de las psicosis extraordinarias.
Lo que nos enseña Lacan, a tener en cuenta es la transferencia, a no ir en contra del delirio sino apelando a soluciones particulares para no empujar al paciente al desencadenamiento de la psicosis, porque tiene una lectura estructural diferenciándose de Freud, que considera al trauma a partir de los conflictos libidinales que pertenecen a su Introducción al Narcisismo donde la libido objetal y la libido del yo, hacen a la constitución libidinal, fijados en los accidentes traumáticos de la infancia.
Para Lacan la enfermedad mental específicamente la psicosis está planteada en términos de la estructura del lenguaje y la forclusión del significante del Nombre del Padre que produce la gran diferencia entre neurosis y psicosis.
Valiosa jornada de trabajo, fue la que tuvimos, nuevamente nuestro agradecimiento a Marisa Morao.
María Cristina Wanzo
CID San Luis
IOM2