Cine y Psicoanálisis. FORO virtual N°2 Serie de NETFLIX: “Califato”

Cine y Psicoanálisis

 FORO virtual N°2 Serie de NETFLIX: “Califato” dirigida por Bosnio Goran Kapetanovic.

Basada en el fundamentalismo islámico en Suecia. 2020

Coordinadores: Florencia Landolfo– Patricia Lucero.

Comentarios de: Florencia Landolfo, Juan Pablo Duarte, Nicolás Teté,  Jorge Rodríguez,

  Poesía de: Maram Al-Masri

Extractos de libro «En el vientre de la Yihad»:Testimonios de madres de Yihadistas

https://www.facebook.com/CinedebateCIDSL

 

Bajo el  nombre del padre.

Comentario de Florencia Landolfo. Integrante del equipo de Cine y psicoanálisis y participante del CID SL.

Califato” a diferencia de lo que uno podría imaginar, se presenta como una serie que pone a las mujeres como protagonistas. Al decir del psicoanalista Eric Laurent (2019), son “mujeres que se presentan como síntoma de la civilización en la que viven”.

La pantalla se parte en dos para mostrar mundos bien distintos, o eso es lo que uno cree. En Suecia dos adolescentes buscan huir de sus hogares para encontrarse con el paraíso, el Califato. ¿Qué sucede en la vida de estas jovencitas que buscan semejante cambio?, ¿Qué nombre darle a aquello que las atrae  de esa civilización? Hay un detalle para no pasar por alto, los padres de ambas se muestran caídos en su función, tomando lo que dice Jacques-Alain  Miller (2018), son padres obsoletos que ya no son eficaces en su función. Por un lado un hombre borracho al que la hija siempre encuentra tirado en el sillón y otro padre con el que todo marcha bien siempre y cuando no se pregunte e intente poner límites frente a decisiones arriesgadas que toma su hija. Es una referencia que invita a interrogarnos por los vínculos en la sociedad occidental y como esto afecta los espacios, por ejemplo, el familiar en donde los cambios de roles muestran cómo los progenitores parecen hermanos de sus propios hijos. Es decir, estas escenas dejan a la luz que las jerarquías y semblantes familiares ya no existen o  han perdido potencia,  ya no tienen el efecto de ordenamiento que tenían tiempo atrás.

En ese sentido la serie muestra  nuevas modalidades de lazos que, parece, ya no se encuentran comandadas por lo que en psicoanálisis se llama el nombre del padre, haciendo alusión a la función legislativa y prohibitiva que orienta y ordena muchas veces en la vida de las personas. Me pregunto si será algo de esa ley y esa imagen del padre de familia que se tenía, lo que buscan estas mujercitas al huir, inclusive acosta de encontrarse con cualquier padre.

Una mujer sin centro

Del otro lado del mundo en Siria, en una sociedad que parece del Medioevo, se encuentra Pervin, una mujer que hace sombra en una sociedad tan llena de armas, de bombas y de ruidos. Ahí las mujeres andan  a oscuras, sin rostros, ni cuerpos, ni voz.

Parecería que es el chador la protección que encuentran los hombres de esa sociedad frente a las mujeres, dejándolas bien ocultas. Ante toda esa negrura aparece Pervin jugando con la luz, corriéndose el velo, hablando, encantando y hasta mareando con sus enigmas a su marido. Es una bomba que en cualquier momento puede explotar. Así y todo su marido no deja de mirarla, ubicándola en lugar preferencial, de cuidados y buenos tratos.                                                                                                                                                    Si bien son dos realidades diferentes las que se viven en Suecia y en Siria, lo cierto es que la protagonista con su historia deja entrever que los efectos del mundo occidental, parecería que están dinamitando el mundo oriental, hay nuevas maneras de hacer lazos. Pervin reúne muchas de las características que podrían ubicarla como una militante del movimiento feminista, ahí en ese lugar que hasta acá solo ha tenido lugar para el poder ejercido desde lo fálico.

Para finalizar tomo del texto “¿La feminización del mundo?” de Leonardo Gorostiza (2018) donde explica que hay nuevas formas de lazos, en red, rizomática sin un centro fijo, a diferencia de la que se establece en Siria donde ahí puede pensarse como los lazos se dan a partir de estructuras jerárquicas más tradicionales organizadas a partir del nombre del padre.

 

Laurent, E. Conferencia 1. (2019). Las mujeres, entre semblantes y síntoma.  Un psicoanalista intérprete en la discordia de los discursos. España: Ed. Gredos.

Gorostiza, L. (2018). ¿La feminización del mundo? Feminismos Variaciones Controversias. Bs. As: Ed. Grama.

Miller, J.A. (2018). Encuentro con Jacques-Alain Miller. Feminismos Variaciones Controversias.  Bs. As: Ed. Grama.

 

Para quienes aterrorizar es justo.

Comentario de Juan Pablo Duarte. Licenciado en Psicología, Magíster en Teoría Psicoanalítica Lacaniana por la U.N.C  y Adherente al Centro de Investigación y Estudios Clínicos. Autor del libro The wire. La serie-síntoma (Editorial Universitaria, 2020). Entre los años 2009 y 2018 coordinó el Ciclo de Cine y Psicoanálisis de la U.N.C. Actualmente es responsable de la Plataforma Psicoanálisis y Arquitectura  y de la Plataforma Psicoanálisis en series de TV. Coordina la Secretaría de Redacción del Journal Ética & Cine  y pertenece al equipo de redacción de la revista EXT de la U.N.C.

 

Califato se estrenó en la televisión pública sueca el doce de enero de 2020 y globalmente en Netflix algunos días después. La historia transcurre entre Raqqa y Estocolmo. La posibilidad de un atentado suicida es uno de los elementos que conecta ambos lugares en la narración. Las oficinas del SÄPO (los servicios de seguridad suecos), una escuela secundaria musulmana en Estocolmo, las bases de operaciones del Estado Islámico y la casa-prisión de Pervin serán algunos de los enclaves desde los cuales la serie propone leer, en ambas ciudades, un mismo síntoma: la radicalización. Los jóvenes que parten a oriente apenas saben lo que es el Corán. La yihad es un nuevo horizonte ante la fragilidad de los semblantes que sostienen el lazo social en una ciudad y una cultura que los expulsa en su interior.

Si en el último periodo de la elaboración lacaniana es posible leer una teoría de la cultura, la no-relación sexual debería situarse como su principal axioma. Jacques-Alain Miller lo indica en la séptima clase El partenaire-síntoma. La cultura es un intento de taponar una imposibilidad por la vía de un significante que permite el lazo social. En este sentido, todo lazo social es un significante que viene a taponar una no-relación fundamental a la que Lacan se refiere como no-relación sexual (Miller 2008). Vale la pena destacar que la identificación a este significante “tapón” es un recurso que incluye el acceso al discurso por la vía de la castración.

El partenaire-síntoma se dictó entre 1997 y 1998. Los mártires lanzados a la muerte en las principales ciudades de occidente aún no se habían constituido en el eje central de la seguridad mundial. Faltaban unos dieciséis años para que Al Bagdadi refundara el Califato en la gran mezquita de Mosul —a unos quinientos kilómetros de Raqqa— y quizá resultaba inimaginable que un partido de ultraderecha, xenófobo y vinculado a grupos neonazis —los Demócratas de Suecia— se constituyan en una opción política en uno de los bastiones de la socialdemocracia y el estado de bienestar. Las oleadas inmigratorias que escapaban de las zonas en conflicto de oriente medio hacia una Europa que comenzaba a transitar sus primeras crisis económicas tampoco eran una realidad a fines de los noventa. Este breve y arbitrario racconto no sólo sirve para situar aquel seminario sino también para leer quienes son los nuevos cruzados que Califato pone en escena. Los jóvenes que repiten alá akbar y están dispuestos a convertir sus cuerpos en armas en pos de la yihad son en su mayoría inmigrantes o participan de alguna forma de exclusión. No son idiotas, encontraron un significante absoluto, no dialectizable, al que entregar sus vidas. Ese recurso, torna innecesario arreglárselas con sus cuerpos adolescentes, sus problemas familiares, sus trabajos y educación sin futuro o los malentendidos con sus amigos o parejas. La unidad del dios musulmán y el califato les indica que hay que ser, cómo hay que serlo y a que sacrificarse. Además, les ofrece el mundo como territorio y les permite considerar infieles, apóstatas e idólatras a quienes no acepten esta solución.

En Palabras Armadas, el retórico francés Philippe-Joseph Salazar destaca la potencia del argumento territorial del califato y permite entender el sentido preciso que la radicalización de estos jóvenes y la posibilidad del atentado asume en Califato:

Así pues, el argumento territorial del terror es el siguiente: como Francia ya pertenece al Califato pero está ocupada por los infieles, hay que aterrorizarlos, inspirarles un miedo saludable, y si no respetan la integridad del islam rechazando la conversión, hacerles huir.

Asesinar en París, Londres, Copenhague, Sidney, es una manera de subrayar que el territorio donde vivimos ya pertenece al Califato. (Salazar 2016)

Al igual que Sulle, Lisha y Kerima —adolescentes inmigrantes de países de fe musulmana— Omar, Husam, Ahmed —de origen sueco— se abrazan a este argumento que deja fuera de plano la dimensión de la castración. Quizá por ello la “Red contra el radicalismo” fracasa en muchos de sus intentos de conmoverlo.

En marzo de 2015, a un mes del atentado al semanario Charlie Hebdo, Jacques-Alain Miller señala que la radicalización impone la necesidad de pensar en una nueva alianza entre identificación y pulsión (2015). La identificación que opera en el acto terrorista implica una satisfacción de la pulsión de muerte. A diferencia del dios de la tradición judeo-cristiana, figura desde la cual Lacan elaboró la noción de Nombre del Padre y situó al Otro como agente de la castración, en el dios de Califato se inscribe la voluntad de muerte. Es un Otro que no pide renuncias sino la voluntad de satisfacer esta pulsión. En esto consiste la nueva alianza entre identificación y pulsión que propone Miller y los mártires de Califato ponen en escena.

Unos meses después de que el Califato perdiera su última franja de territorio en Siria, en noviembre de 2019, Donald Trump anunció la muerte de Abu Bakr al-Baghdadi, su comandante en jefe: “El matón que tanto hizo por intimidar a otros pasó sus últimos momentos sumido en el miedo, en pánico total, aterrorizado por las fuerzas estadounidenses que lo atacaban” (Navarro 2019). Quizá esta frase exprese de manera inmejorable un triunfo del Califato luego de la derrota de su ejército y la pérdida de su territorio: ahora aterrorizar no sólo es justo para el E.I, sus líderes y mártires, también el presidente de una potencia democrática occidental puede gozar de ello para satisfacción de su público.

 

Miller, J.A. (2015, Marzo) de la Escuela Lacaniana de París.» Recuperado  de  http://elpsicoanalisis.elp.org.es/numero-28/en-direccion-a-la-adolescencia/ (último acceso: 13 de Junio de 2020).

Navarro, B. (2019, Noviembre). «Trump confirma la muerte del líder de Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi.» La Vanguardia.

Salazar, P.J. (2016). Palabras armadas. Entender y combatir la propaganda terrorista. Barcelona: Ed. Anagrama.

 

Director Cinematográfico

Comentario de Nicolás Teté. Licenciado en dirección cinematográfica egresado de la Universidad del cine (FUC). Es productor, director y guionista de las películas de ficción: Últimas vacaciones en familia (2013) y Ónix (2016). Co-dirigió el largometraje documental La vida sin brillos (2018). Con estos films participó de festivales como: BAFICI, Mar del Plata, Punta del Este, San Diego Latino, San Pablo Latino, entre otros.

 

Me dispuse a ver Califato especialmente para poder compartir mi impresión en el foro. Mis impresiones van más del lugar de alguien dedicado al cine donde intento siempre trabajar sobre los vínculos. Daré mi opinión y visión sobre algunas situaciones de la serie.

Escuché muchos comentarios sobre la serie pero la temática de base no es de mi preferencia. Me sorprendí al ver que es una serie sueca. Aprovecho para recomendar una serie sueca que disfruté mucho y calculo que tiene también muchos discursos interesantes para analizar desde lo psicológico, Bonusfamiljen (Bonus Family), disponible en Netflix.

Me llamó la atención el comienzo, una secuencia cargada de violencia que puede producir dos efectos muy radicales en el espectador. Apagar el televisor o no poder sacar la vista de la pantalla. Sin duda es una decisión narrativa muy fuerte y que marca como va a ser la serie. Cruda, dura y real.

Hay dos momentos en el primer capítulo que me hicieron reflexionar y hasta incomodaron mucho. Cuando le piden a Pervin información a cambio de ayudarla. Sabiendo la situación de peligro en la que se encuentra ella yo correría a ayudarla, si tengo la forma. Pero la agente que habla con ella mantiene la calma. Está acostumbrada a esas situaciones. Que difícil hacer esos trabajos.

El otro momento es cuando uno de los adolescentes suecos ve que el otro ordenó las bombas y armas para sacarles una foto. Me imagino que era para sus redes sociales. Puede parecer algo casi banal pero me pareció fuerte el hecho de que él no sólo está convencido de lo que está haciendo sino que lo quiere registrar.

Es interesante a la hora de ver algunas series y películas detenerse a analizar algunas pequeñas situaciones que son gérmenes de toda la trama de la serie.

En un trasfondo está muy latente la idea de mostrar algunas personas que por su propia naturaleza no puede prescindir de que le tutelen sus ideas. Como estos chicos suecos. Lo cual es muy peligroso. Lamentablemente hay una parte importante de la sociedad que responde a ese perfil y suele necesitar de dirección ideológica de por vida. Encontré ese discurso bastante fuerte en la serie y fue algo que me hizo reflexionar bastante.

A seguir viendo y analizando series y películas.

 

La ternura de los terroristas y la locura adolescente

Comentario de Jorge Rodríguez. Responsable local del CID San Luis.

Mis mayores me enseñaron que hay que ser agradecidos en la vida, y quería entonces comenzar honrando a mis mayores al agradecer (nuevamente) a las colegas que con un deseo decidido nos invitan a seguir conversando, esta vez con la excusa de una nueva serie: Califato.

Debo decir que la vi con pocas expectativas ya que estaba entusiasmado con otras series, y no sentía una invitación a verla…hasta que me vi interpelado por el Ciclo, y me deje llevar. Y que suerte la mía, porque luego leí el texto de Florencia Landolfo y me invito a la escritura. Este derrotero fue el que seguí para hilar algunas ideas que se me presentan fragmentarias, pero que no quiero dejar de compartir, y en las que intentare hilar dos cuestiones que me interrogan: el fenómeno del terrorismo y el de la adolescencia:

  1. como se ha dicho en este Ciclo (cf. Duarte) es claro que la serie se emplaza en lo que conocemos como la época del Otro que no existe, o la del desorden de lo simbólico, o para decirlo de otro modo: esta serie se deja leer en un contexto de pérdida de la potencia de las tradiciones que permitía un trabajo entre generaciones, donde las mayores pasaban una herencia que les otorgaba a las «recién llegados» modos de orientarse en la vida. Se constata con crudeza que los adolescentes hoy parecen sujetos errantes, habitando en un mundo de puro semblante que los deja sumidos en la increencia (nota: sería muy apropiado contraponer Califato en este punto con otra serie de la plataforma Netflix: “Algo en que creer”).

Hay que decir que esta caída del Otro no deja de tener su reverso, y es lo que Miller en su Seminario “Un esfuerzo de poesía” constata cuando ubica una tendencia actual que va en contra de  de esta disolución de lo simbólico y de las tradiciones (también llamada como la época de la feminización del mundo), que reactualiza el lado izquierdo de las formulas de la sexuación, intentando revivir un Otro que existe, y que en esa páginas llama “la política del bravucón”, como un modo de nombrar ciertos procesos políticos claramente segregativos o abiertamente racistas que se sostienen del odio y la pasión de la ignorancia.

Es por ello que J. A. Miller  ha dicho en su texto “En dirección a la adolescencia” (Registros, año 3) que en la adolescencia se siente con mucha intensidad la mutación del orden simbólico, la que se vincula con la decadencia del patriarcado. El Nombre-del-padre deja un lugar vacío que empieza a ocupar la tradición del Islam, que se presenta como un Otro consistente y que existe. ¿Qué más lógico para los adolescentes desorientados que encomendarse al Islam?

En la metamorfosis puberal el sujeto se topa de bruces con el problema del cuerpo del Otro. Este cuerpo del Otro ¿no se encarna en el grupo? Se puede gozar de él por la vía sublimatoria pero también a través de una alianza entre identificación y pulsión, especialmente de muerte. Esta última vía se inscribe en el marco del discurso del Amo.

El sujeto identificado como servidor de Alá se vuelve agente de la voluntad de muerte inscripta en el Otro. Tenemos aquí en ciernes la idea de la apuesta de Pascal que Miller ubica en la clase “El Otro que existe”. ¿De qué se trata en tal apuesta? Se trata de una apuesta sobre lo Absoluto y en tanto tal es perniciosa, es un operador de aniquilación en tanto llama al sacrificio. Implica sacrificar su propio ser para que lo absoluto llegue a existir.

Sacrificar es consagrar la propia vida a lo que es sacro, o sea del Otro. El objeto del sacrificio es la causa del deseo, el objeto a.

En la apuesta de Pascal lo que está en juego es la vida del parletre convertida en a, en lo que se apuesta. Si como bien señala todo sacrificio tiene afinidad con la nada (se sacrifica porque todo lo demás no vale nada, éste no se hace por nada), y se lo monta para seducir al Otro, ello recuerda la idea de Lacan:

“La demanda del sujeto está sometida al deseo supuesto de un Dios al que entonces hay que seducir”.

Esto nos señala que seguimos siendo devotos. Me sacrifico a un Otro para que me ame, tal es el principio de la Yihad, dirá Miller.

En el Islam no se trata del narcisismo de las causas perdidas y no se pone en juego la tragedia. Aquí se está en el triunfo. Y que es una apuesta real que busca una plena realización.

Unos años antes Miller decía que el verdugo terrorista, “ese que solo se autoriza a si mismo…es un monaguillo, un santo de vidriera, un ángel ansioso por despojarse de su cuerpo, por liberar su alma voluntaria de los harapos que la estorban, para navegar maravillado hacia su patria enteramente espiritual. Un terrorista es un idealista. Es un loco, no un canalla” (“La ternura de los terroristas y otras cartas”, 19/9/01)

 

  1. Quizás esta vía que Miller introduce respecto del sacrificio sirva para recordarnos la parte final del Seminario XI, donde Lacan retomando “Psicología de las masas” nos alerta del sacrificio a los dioses oscuros (pg. 282, Sem XI): “hay pocos que no sucumban a la fascinación del sacrificio en si […] el sacrificio significa que, en el objeto de nuestros deseos, intentamos encontrar el testimonio del deseo de ese Otro que llamo aquí el Dios oscuro”. Y nos recuerda que el mecanismo fundamental de la operación analítica es el mantener la máxima distancia entre I y a (pg. 281 Sem, XI), para contraponer su fin de análisis a los finales que proponen los postfreudianos: la identificación con el analista

 

  1. M. Bassols en “Una política para erizos y otras herejías psicoanalíticas” (Grama, 2018) escribe un capitulo que llama “La lengua familiar”. Allí formula una hipótesis: el goce bárbaro está en el nudo secreto de la lengua familiar, de sus malentendidos y de sus síntomas actuales. Más claramente: en toda lengua familiar habla la lengua bárbara del goce.

Cuando el bárbaro llega a la pubertad se reactualiza un momento de malentendidos absoluto y de una gran confusión de lenguas en el seno de la vida familiar. La adolescencia así queda definida como un periodo bárbaro de la vida. Y allí empalma con el islamismo, en tanto modo de goce radicalmente distinto del de la tradición judeocristiana en el que se formo la lengua familiar (para nosotros, cabe aclararlo). Allí se juega un asunto de familia, que le permite a Bassols leer los atentados de agosto de 2008 en Barcelona, en el que el primer objetivo del grupo de pibes radicalizado era volar por los aires la “Sagrada Familia”, la basílica ideada por Gaudí. El explosivo que manejaban estos pibes es denominado en el Estado Islámico como “la madre de Satán”. Parece la contracara de nuestro mundo deconstruido, donde no queda mucho lugar para la tradición. Hijos de familias musulmanas inmigradas, nacidos y criados en suelo español, pibes considerados absolutamente normales.

Esta fratria de hermanos que compusieron esa célula yihadista se movía no en nombre de un padre que no tiene lugar en el islamismo -en ningún lado se habla de Alá como padre- sino en nombre del Uno del goce que se transmite de forma horizontal, y en la que el reclutador cumple la función del mayor de los hermanos fieles en su goce, cada uno en el goce del Uno solo.

Cierra Bassols diciendo que conviene medir las consecuencias del encuentro entre el fenómeno de la adolescencia en nuestras culturas y el discurso del Islam fundado en “el Dios Uno y único, sin dialéctica ni compromisos”:

“El encuentro del bárbaro adolescente desorientado sin la brújula del deseo del Otro con este discurso que no requiere en realidad de ningún padre y que se basta con la única brújula del goce del Uno único, desmultiplicado en la relación fraterna, se nos aparece ahora como un muro irrompible. Constatamos que la potencia súbita que adquiere este encuentro traspasa todos los proyectos de integración y asimilación que son leídos por el Uno solo como una simple infidelidad al goce único. Se trata de un modo de goce que se ordena sin necesidad del Nombre del padre, que siempre remite de alguna forma al lugar del Otro ya castrado, ya faltante de algún modo. Se trata de un modo de goce en el que no hace falta el Otro, un modo de goce que se ordena alrededor del Uno solo. Y todo ello puede pasar desapercibido, con la apariencia de la mayor normalidad, como suceded una y otra vez en tanto casos, hasta que el pasaje al acto aparece de repente como pura voluntad de muerte del Otro infiel.

La única constante que registra Bassols en los testimonios de esto pibes respecto de su entrono familiar se ubica en la figura de la madre, el lugar sagrado de su deseo intocado, y un alejamiento casi general de la función paterna en todo los casos. El poder la lengua materna se hace escuchar de modo especialmente familiar en los testimonios.

 

  1. En la revista Mental 35, de enero de 2017,  que lleva por título “signes discretes dan les psychoses ordinaries”, C. Leguil entrevista a Serge Hefez buscando las nuevas figuras de la locura adolescente. El reportaje se llama “el sueño de otro mundo”, y allí Hefez (psiquiatra y psicoanalista, quien lleva adelante una consulta en el hospital de la Salpetriere donde atiende a jóvenes radicalizados y a sus familias). En esa entrevista que recomiendo leer, Leguil expresa que “se piensa habitualmente que el fenómeno de la radicalización es propiamente masculino, como testimonio de una alianza entre  virilidad y pulsión de muerte” (pág. 81), y Hefez ubica como este fenómeno no se  puede pensar como únicamente masculino. También señala que a través de su experiencia clínica no puede reducir las adhesiones al islamismo radical por parte de los jóvenes hijos de familias integradas a la cultura occidental como signos discretos de psicosis, sino que ubica a estas inclinaciones como signos de la locura adolescente, que es un rasgo transestructural y más vinculado al pasaje puberal.

En esa entrevista Hefez ubica entonces modos de reclutamiento dirigidos hacia las jóvenes, donde lo que se pone en juego es o bien una dimensión de sostén amoroso, extremadamente romántica; en otras se identifica una dimensión masoquista, y en otro modo ubica lo que llama la figura “Madre Teresa” que consiste en jugar la fibra de “salvar a la humanidad”, exacerbándose un ideal de pureza y salvación. En otras palabras, ubica  que el partenaire de estas jóvenes es el amor ideal.

En otras el reclutamiento se hace al estilo de los varones, jugándose una dimensión de identificación fálica que las lleva al campo de batalla y a las armas. Es posible para Hefez otra vía, y ésta consiste en una relación a la causa (que a veces se conjuga con las teorías del complot, tan cara a los adolescentes de hoy, y que moviliza al odio al Otro y a la pulsión de muerte).

Como verán, al final Califato me entusiasmo para investigar.

 

Bassols, M. (2018). Una política para erizos y otras herejías psicoanalíticas. Bs. As: Ed. Grama.

Lacan, J. (1964). Seminario, libro 11, Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanalisis. Bs. As: Ed. Paidós. pp. 281-282.

Leguil, C. (2017, Enero). Entrevista de Leguil a Serge Hefez. Signes discretes dan les psychoses ordinaries. Revista Mental n°35. Recuperado de https://librosdepsicoanalisis.com/libros/mental-no-35-signes-discrets-dans-les-psychoses-ordinaires/

Miller, J.A. (2016). Un esfuerzo de poesía. Bs. As: Ed. Paidós.

Miller, J.A. (2015). En dirección a la adolescencia. Jornada del Institut de l’ Enfant “Interpretar al niño”. Recuperado de http://elpsicoanalisis.elp.org.es/numero-28/en-direccion-a-la-adolescencia/

Miller, J.A. (2005). El Otro que no existe y sus comités de éticas. Bs. As: Ed. Paidós.

Miller, J.A. (2001). La ternura de los terroristas y otras cartas. Recuperado de https://redpsicoanalitica.com/…/la-ternura-de-los-terroris…/

 

LO QUE NO SE PUEDE DECIR SE POETIZA

POEMAS DE MARAM AL-MASRI

 

 

Siguiendo con la posición de la mujer en el Islam tal como lo muestra la serie Califato, les queremos compartir una poesía de la poeta y escritora siria Maram al-Masri Maram.  Actualmente vive en Francia, estudió arte, lengua y literatura en Damasco. Al huir de su marido y de su país debió dejar a su pequeño hijo. Relata que la poesía fue una manera de encontrarse a salvo de todo el sufrimiento y el horror vivido.

 

Soy la ladrona de los caramelos,

ante tu tienda

mis dedos se quedaron pegados,

y no conseguí

llevarme ninguno a

la boca.

*

Qué estupidez

al mínimo roce,

mi corazón se abre.

*

Golpes en la puerta.

¿Quién es?

Escondo el polvo de mi soledad

bajo la alfombra,

compongo mi sonrisa,

y abro.

*

Entran en nuestra vida

como arroyuelos;

y de repente

nos ahogamos en ellos,

y ya no sabemos

quién nos dio

el agua o la sal,

ni quién

dejó en nosotros

esta amargura.

*

Ella me abre

sus amplias puertas.

Me llama

y me empuja a abalanzarme,

libre,

hacia su espacio,

y como un pájaro

ante la puerta abierta de su jaula

no me atrevo.

*

Arden en llamas los árboles

al tocarlos

con mis dedos.

*

La anudo

entre la mandíbula y el paladar

con un pañuelo blanco

que aprieto en mi nuca,

como a los muertos

como a los prisioneros

para que, la palabra,

no estalle.

*

Esperaré

a que duerman los niños,

para dejar

que el cadáver

de mi fracaso

flote en la superficie.

*

Como me pediste

lavé los platos

fregué el suelo

limpié los cristales

planché las camisas

y leí a Dostoievski.

El malicioso tiempo que

normalmente vuela estando contigo

tic tac

tic tac

comenzó a caminar

*

Mi alegría y yo

esperamos

el aleteo de tus pasos.

*

Maté a mi padre

aquella noche

o aquel día

ya no lo sé,

huyendo con una sola maleta

que llené de sueños sin memoria,

y una fotografía

mía con él

de cuando era pequeña

y me llevaba en brazos.

Enterré a mi padre

en una hermosa caracola

en un profundo océano,

pero me encontró

escondida bajo la cama

temblando de miedo

y de soledad.

 

TESTIMONIOS DE MADRES DE YIHADISTAS

 

 

 

 

Foro Virtual de Cine y Psicoanálisis:

Equipo de Cine y Psicoanálisis (IOM – CID San Luis)

Patricia Rojo, Patricia Lucero,  Eva Mallea, Norma Sierra, Celina Coen, Marcela Finos, Fernanda Manrique,  Florencia Landolfo.

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Más de Roberto Araya
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