Gabriela Grinbaum

Gozá en cuarentena!

Gabriela Grinbaum

Desde el comienzo de la cuarentena proliferan los artículo con títulos más o menos así: “Sexo en la cuarentena”. En todos los medios, desde los más progresistas hasta los más conservadores.

En las notas anuncian la liberación de videos pornos para pasar el aislamiento.

Y es que efectivamente la web ofrece contenidos gratuitos por ejemplo, la famosa plataforma Pornhub comunicó que para acompañar la cuarentena desde casa abrirá los contenidos Premium para Argentina en forma gratuita. Esto mismo ya había sucedido para usuarios de Italia y España.

Con el objetivo de mantener la cuarentena preventiva y obligatoria por coronavirus, el gobierno Nacional alentó la realización del sexo virtual.

La secretaria de acceso a la salud Carla Vizzotti precisó: “En el marco de seguir brindando información a situaciones cotidianas en el marco de la pandemia, muchas consultas tenemos sobre el tema del sexo en tiempos de la pandemia…En este reporte vamos a hablar de sexo seguro en tiempos del covid.”

Y el comunicado del infectólogo convocado para tal fin, José Barletta se pronunció de esta manera: “Hay un montón de aplicaciones on line para conocer personas, eso se puede seguir usando, pero no encontrarse con las personas con las que no convivimos…” Y el gobierno, sí, el gobierno empuja a recordarles a los olvidadizos y anoticiarlos a los distraídos que las herramientas que tenemos disponibles son las videollamadas, el sexo virtual, el sexting…

El infectólogo advierte: “Es más importante que nunca el lavado de manos después de las relaciones sexuales, después de la masturbación o después del sexo virtual. Es importante desinfectar teclados, teléfonos, juguetes sexuales y cualquier otro objeto que hayamos usado incluso si no fue compartido por otras personas”.

La pornografía sin ser un invento nuevo, hay quienes dicen que data del Paleolítico, es indudablemente en la actualidad un fenómeno de fácil acceso gracias a internet. Y es real que el onanismo se convirtió, en tiempos contemporáneos, en la alternativa cada vez más elegida, en particular por los hombres. En Japón llegó al extremo que devino un síntoma social que no se sabe cómo tratar dado el aumento cada vez mayor de varones que prefieren la autosatisfacción erótica que ir al encuentro con el cuerpo del otro.

Nada de esto es nuevo.

Lo sabíamos.

Lo que también sabíamos y los analistas repetimos hasta el cansancio es que hay un imperativo de gozar en la época. El hedonismo contemporáneo bajo la modalidad desenfrenada del superyó que empuja a gozar. Y no hay lugar ni permiso para la tristeza ni para el dolor o la contemplación.

Hay que gozar pase lo que pase.

Lo que me impacta es que ahora, en medio del confinamiento, de los duelos que atravesamos, del miedo de contagiarnos o que se contagie un querido, del horror y la incertidumbre… son los órganos gubernamentales, el Otro real que nos demanda Gozá!

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