PRE-TEXTOS II Actividad Regional Extraordinaria “Soledad y lazo”

II Actividad Regional Extraordinaria: “Soledad y lazo”  PRE-TEXTOS 

PRE-TEXTO 1.- Palabras que iluminan

Jorge Rodríguez – CID San Luis

No puede escapar a las coordenadas de la época para ubicarme en el título de la conferencia que brindará Millas, marcada por la pandemia y el confinamiento como una de las medidas sostenidas para hacerle frente. Como ese distanciamiento de los cuerpos se acompaso de otro, lo subjetivo, es algo que escuchamos en nuestra práctica ¿Eso implicó estar más solos, más reducidos que de costumbre a hacer algo con nuestro goce, ya autístico desde el vamos? Ese clima de duelos que se instaló interroga el estatuto del lazo. Si como advertía Freud una de las tareas de la cultura es construir un marco regulatorio de los lazos sociales posible, es porque hay algo en él que lo vuelve imposible, inhabitable. ¿entonces mejor solos? Es una fantasía bastante recurrente, la de la isla desierta. Claro que siempre se sueña al menos estar con un libro, y ya no se está tan solo.

La soledad resulta un significante caro a mi neurosis infantil, y no deja de interrogarme cada tanto. Por eso quizás me gustó el relato freudiano que Freud escribe en “La angustia” (1916) en el que un niño, angustiado por hallarse en la oscuridad se dirige a su tía, que se encuentra en una habitación contigua a la suya y le dice: “tía háblame, tengo miedo” La tía le responde” ¿y de qué te sirve que te hable, si de todas maneras no me ves”, “hay más luz cuando alguien habla· responde el niño”. Está claro que estar a solas con el miedo no es igual que hacerse acompañar frente a él.

PRE-TEXTO 2.-  Una soledad digna

Florencia Quiroga. Delegación Catamarca

Elegí algunos párrafos del seminario XX que me evocaron el título, ¿Cómo los alcanzo? “Lo que habla, solo tiene que ver con la soledad, sobre el punto de relación que no puedo definir sino diciendo, como hice, que no puede escribirse. Ella, la soledad, en ruptura del saber, no solo puede escribirse, sino que es además lo que se escribe por excelencia, pues es lo que de una ruptura del ser deja huella”.

Lo que habla, eso descubierto por Freud “Sólo” tiene que ver con la soledad de la marca constitutiva, eso que se dice parece articulado cuando lo hace al saber. Algo ocurre en la ruptura del saber e indica, se escribe por excelencia. ¿Es esa ruptura lo que marca el pasaje que aquí se asiente en el nudo, a lo que no se escribe en la relación sexual? El ser como falta a colmar, que hablaser, ha quedado atrás. Es ahora ¿el Uno solo que indica el agujero? “Del Uno, en tanto que no está allí, es lícito suponer, sino para representar la soledad: el hecho de que el Uno no se anuda verdaderamente con nada de lo que al otro le parece sexual. Indicando con que no se anuda del no otro no quiera decir que no pase. “A partir del discurso analítico se vislumbra que, acaso, tengamos una probabilidad de encontrar algo al respecto, de cuando en cuando, por vías especialmente contingentes”. El discurso analítico que es uno de los modos de hacer lazo crea las condiciones para que algo del goce se alcance a partir de un encuentro contingente pero calculado del lado del practicante. Aquí es donde creo que hay que jugar la partida, alojando a los significantes Otros del imperativo actual: confinamiento, aislamiento, soledad, depresión, para nombrar algunos y proponer otro destino en cada quien, ese que toque lo real singular.

PRE-TEXTO 3.-  Qué podemos decir de la soledad

Fernando J. Ferreyra.  IOM – Delegación La Rioja

Cuando empezamos a hablar de la soledad, es necesario tener que transformar una de las experiencias que se perciben de manera más profunda en un objeto de contemplación y algo sometido a la razón. El lenguaje no consigue capturar la soledad porque la soledad es un término universal que se aplica a una experiencia particular.

No es sencillo precisar el significado de soledad, podría ser un significante que desde el psicoanálisis se podría tomar con la subjetividad que depende de la vivencia del tiempo, donde se encuentran entrelazados, esta soledad solo toma una dimensión temporal cuando remite a un vacío del mismo, como el origen de una quietud, una atemporalidad, una imposibilidad de representar-se , y de representar. Estas cuestiones pertenecen a otras dimensiones del tiempo, que no es lineal, lo que se fuga, lo inaprensible, lo inapreciable, lo que escapa a la medición y al significante (1).  Un uso del tiempo que va más allá de las líneas de pensamiento que aplastan esta dimensión. Donde el vacío está desplegado, el vacío de lo real, vacío lleno de agujeros, pero al que nada le falta, la ficción subjetiva que permite al sujeto dimensionar, sin medida, una atemporalidad que se escapa al tiempo cotidiano pasando a ser, tanto como la soledad, un nombre de lo real no saturado por los significantes, lo imposible de decir (2).

Lo que sí podemos decir, es que la especificidad de la soledad del analista y la soledad de su acto no tiene resonancia con la soledad común. La soledad del analista no es la soledad neurótica, tampoco es del orden del pathos, no es un afecto, no tiene que ver con el sufrimiento subjetivo, no es eso. Se trata de poder disponer de la relación de la soledad con el acto, se tata sin dudas de un verdadero estar a solas con…, trasciende al analista mismo. Solo en la soledad de su acto, sostiene un vacío. Un vacío necesario para alojar la pregunta del analizante, las modalizaciones de su goce, el deshojado de sus fantasmas, el recorrido por las marcas de lalengua sobre el cuerpo, y el buen agujero de su sinthome (3).

En todo esto es el analista el partenaire de la soledad, algo suficiente para hacer un lazo social posible, solo así, en el análisis se puede incluir la aceptación de lo imposible e irreparable del vacío que deja la inexistencia del Otro, confrontándonos a un sinthome que al final del recorrido analítico nos permite tomar el relevo de la soledad de otros.

Bibliografía

1.- Bassols, M “Soledades” El psicoanálisis Nº 17, Revista de la Escuela de Psicoanálisis, 2013

2.- Bassols, M “Soledades y Estructuras Clínicas” freudiana 12. Revista de Psicoanálisis de la ELP, 1994.

3.- Stecher, G. “La Soledad como práctica analítica” Seminario Diurno: El inconciente y la soledad del sujeto. EOL. Sección La Plata. 2014

 

PRETEXTO 4.- Una voz en el teléfono

María Silvia Belot. CID San Luis

¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Escuchan?

Silencio. Escuchen. Hay alguien ahí.

Silencio. Escuchen. Hay una voz que se quiebra, que se entrecorta, que se agita, una voz que llora, una palabra musical.  ¿Escuchan el sinsentido? ¿Escuchan el paisaje de la música? ¿Escuchan la partitura musical del inconsciente?

Silencio. Escuchen, un correr aquí y allá. Hay alguien solo en su soledad. Solo no tan solo. ¿Quién podría estar completamente solo cuando el lenguaje nos habita?

Silencio. Escuchen. No comprendan. Escuchen. El ser hablante habla. Repite, aunque no quiere más de lo mismo. ¿Quién podrá aportar lo inédito?

Silencio. Escuchen. Le hacen creer que todo es posible. Está cansado, deserotizado. Bebe agua con pastillas antigoce. Quiere darse un ser distinto a los demás, quiere que lo megusteen. ¿Quién podrá provocar un efecto menos mortífero? ¿Quién podrá abrir camino al goce?

Silencio. Escuchen. Dice que echó al síntoma por la puerta y el caprichoso volvió por la ventana. ¿Será posible dejarse enseñar por la sabiduría del síntoma? ¿Será posible que sujeto y síntoma conversen?

Silencio. Escuchen. Afloja y suelta lazo. A prepo hace lazo narcisista. Tiene hambre de sujeto. Relata una queja sobre un amor que se licuefacciona. Quiere, como la mantis, que su objeto de amor caiga en sus patas. ¿Será posible un lazo que sostenga la neurosis?

¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Escuchan?

¿Hay alguien que aloje el discurso al otro lado?

 

PRE-TEXTO  5.-

Eva Mallea – CID San Luis

Me ha dejado pensando el título de la próxima actividad regional y justo encontré un cuento de Gabriel García Márquez que siento que está a tono. Se los comparto.

Dos exploradores lograron refugiarse en una cabaña abandonada, después de haber vivido tres angustiosos días extraviados en la nieve. Al cabo de otros tres días, uno de ellos murió. El sobreviviente excavó una fosa en la nieve, a unos cien metros de la cabaña, y sepultó el cadáver. Al día siguiente, sin embargo, al despertar de su primer sueño apacible, lo encontró otra vez dentro de la casa, muerto y petrificado por el hielo, pero sentado como un visitante formal frente a su cama. Lo sepultó de nuevo, tal vez en una tumba más distante, pero al despertar al día siguiente volvió a encontrarlo sentado frente a su cama. Entonces perdió la razón. Por el diario que había llevado hasta entonces se pudo conocer la verdad de su historia. Entre las muchas explicaciones que trataron de darse al enigma, una parecía ser la más verosímil: el sobreviviente se había sentido tan afectado por su soledad que él mismo desenterraba dormido el cadáver que enterraba despierto.

Me parece genial como Gabo en pocas líneas puede reflejar tanto, en particular lo desesperante que puede llegar a ser la soledad.

(Selección de relatos de Gabriel García Márquez llamada “Los cinco cuentos cortos más bellos del mundo”, por Santiago Mutis Durán)

 

PRE-TEXTO 6.- De la masa, al enjambre…  un nuevo modo de hacer lazo?

Eva Cutuli – Delegación IOM2 Catamarca

 

Desde hace un tiempo, la revolución digital comanda nuestra vida cotidiana, los gadgets, a la orden del día van marcando una nueva forma de hacer lazo. El aislamiento y la pandemia aceleraron este movimiento, y hoy nadamos (casi a la deriva) en las redes entre los likes, los emojis y las reacciones.

Vista así la cosa, podríamos pensar que este nuevo espacio social, donde nos conectamos y nos encontramos casi caprichosamente sin hora, sin tiempo, sin lugar, sin escalas, sin dudas y sin pausa, va dando lugar a una nueva forma de colectivo y de lazo, el cual instaura y dictamina sus propias leyes, obligaciones y deberes en cada comunidad.

Es allí, en el campo de lo digital, donde la MASA freudiana (concepto que ha permitido pensar y analizar los fenómenos sociales) va dejando su lugar a una nueva configuración que podríamos nombrar como ENJAMBRE, aquí no hay la referencia a un líder, los intereses de los miembros tienen la particularidad de lo fugaz, varían y pululan de acuerdo al objeto de moda y sobre todo, con la particularidad de dotar a los sujetos de la ILUSION del estar junto a otros en un discurso común.  Sin embargo, es hoy, en el enjambre que cada quien se encuentra de forma velada con su propio goce, tratando de hacer consistir algún lazo que permita una solución singular a cierta soledad generalizada.

 

PRE-TEXTO 7.- Provocaciones

Gastón Cotino – CID Mendoza

 

1.-La luna, cristal de soledades. “Nadie pierde (repites vanamente) /sino loe que no tiene y no ha tenido” (Borges).

2.- ¿La soledad es un síntoma? El aislamiento, el hikikimori, el narcicismo y el amor narcisista, pueden ser nombres que abonen esa idea. Algo de esto trabaja Vicente Palomera en una conferencia dedicada al tema.

3.- La capacidad de estar a solas, Winnicott escribe en 1958 que esa capacidad depende de poder estar solos, con otros, valiéndose del objeto y de la relación con la madre.

4.- EL despoblador, tomando la obra de Beckett, Leonardo Gorostiza transforma el deseo de ser despoblado en el deseo de volverse lo que se es, acalladas las palabras y las voces de los otros que circulan por lo inconciente.

5.- Despoblados de identificaciones comunes y en un punto de máxima sociedad existe la chance para un amor que no sea narcisista y un lazo con los otros fundado en una diferencia sintomática. Tal vez vaya por aquí aquello que planteara Lacan acerca de un lazo inter-sintomático.

6.- La soledad con el estilo. “Soledad con el estilo/de silencio sin fin y arquitectura/donde la planta vive en vilo/del ave en la espesura/no consigue clavar su carne oscura” (Federico Garcia Lorca)

 

 

PRE-TEXTO 8.- De la soledad extrema a un lazo posible

Laura Fullana – Delegación Catamarca

El sujeto lacaniano se constituye como tal en su extrema soledad ya que surge como un vacío que jamás podrá ser colmado en su totalidad. Si bien se constituye en el campo del Otro que lo precede, su emergencia se efectiviza de un modo que le será imposible establecer una relación de complementariedad. Es a partir de este vacío como el sujeto imagina su posible completud elaborando diferentes estrategias fantasmáticas a partir de las cuales entablar su lazo a los otros.  De la soledad constitutiva al lazo con otros, no sin los embrollos y malestar que se desprenden del cumplimiento de mandatos e ideales que lo determinan.

Será en el marco de un análisis donde esta soledad se tornará central a partir del encuentro del analizante con la inexistencia del Otro, la falta de garantía, la separación de los significantes a los cuales se identificó.

Es a partir de esto que me interrogo ¿De qué modo el practicante, que atraviesa su propia experiencia analítica y, a partir de la misma su soledad desde esta particularidad, se incorpora al lazo con otros en la comunidad analítica? ¿Puede pensarse a la Región del Nuevo Cuyo perteneciente al IOM2, como un espacio colectivo donde cada practicante con su soledad se encuentre, vía la transferencia de trabajo, para estar a solas, pero con otros?

Sin dudas la próxima actividad regional será un espacio preciso y privilegiado para poner en conversación éstos y aquellos nuevos interrogantes que emergen del título que nos convoca gratamente una vez más al encuentro y al trabajo.

 

PRE-TEXTO 9.- Soledad-es

Adriana Brizuela Navarro – IOM Delegación La Rioja

 

En el Reverso del Psicoanálisis, Lacan plantea que “la relación sexual no existe” para decir que no hay una relación de completud, de complementariedad entre los partenaires. El parlêtre hace lazo social, tal como lo describe Lacan en el mismo seminario, a través de los discursos, discursos que son semblantes en la medida en que se refieren a la posibilidad de hacer un lazo a partir de una soledad estructural, la soledad del parlêtre en su relación al goce.

Así definimos el sujeto del psicoanálisis, en su falta en ser a partir de la pérdida resultante de la relación entre significantes que representan a un sujeto. Por tratarse de significantes no hay posibilidad de un entendimiento absoluto, el significante no está hecho parar las relaciones sexuales, algo queda perdido, germen de goce que particulariza a cada parlêtre.

Hoy, momento en el cual es posible constatar un empuje al aislamiento con el goce, una proliferación de objetos que promueven la posibilidad de una relación que hace de tapón al agujero en lo real y la escucha creciente en la clínica de la soledad, el malentendido y el desencuentro como obstáculos en los lazos, ¿Qué propone el psicoanálisis? “…El sujeto se representa los objetos inanimados en función del hecho de que no hay relación sexual” … (Lacan, Seminario Aún, 2009, p152).

Frente a o real irreductible del sexo el psicoanálisis propone un “saber hacer con” respuesta que no es posible universalizar, en todo caso, respuestas en “plural” que se refiere a los modos en que cada parlêtre encuentra para suplir la ausencia de relación sexual. “…lo único que va al lugar y constituye un partenaire es el síntoma” (Miller, El lugar y el lazo, 2020, p75)

 

PRE-TEXTO 10.-  Soledad y lazo analítico

Elodia Elizabeth Granados – CID Mendoza /ACEP

 

Entonces soledad dado que no hay relación y hay Uno, no obstante, hay lazos y uno de ellos puede ser el analítico. Ahora bien ¿Cómo se trata en el análisis el Uno y el S1, la soledad y el lazo?

En un análisis hay que pasar por el sentido para acceder a ese real que precede, es necesario el lazo del inconciente transferencial y, además, dado que nos encontramos a la altura del seminario 19 “…el analista en el cuerpo… instala el objeto en el lugar de semblante” (Lacan, 1973, p226)

Es necesario entonces el cuerpo, en tanto soporte, sede del goce. Cabe preguntarnos entonces por los análisis en tiempo de pandemia, por la soledad y el lazo.

 

PRE-TEXTO 11.- UNA…

Juan Manuel Eulogio – CID San Luis

 

Una pista como PRETEXTO, de Alejandra, por cierto, que me viene susurrando hace días:

“La soledad sería esta melodía rota de mis frases”.

Podemos leer que de allí se desprende cierta lógica, una lógica que se cubre bajo el velo de la palabra pero donde a pesar de las imágenes y de los vaivenes del sentido algo irrumpe, rompe, fragmenta, resiste, como una melodía que no logra amarrarse a la armonía toda de las frases, como aquello que solo podemos nombrar “por no poder ser escrito como existencia” ; la soledad sería la rotura que se hace carne en cada retorno de las frases y que por no lograr poder ser escrita termina escribiéndose en el borde de la rotura misma, casi sin que la inviten pero a modo de una invitada in-invitable:

“La soledad es no poder decirla

por no poder circundarla

por no darle un rostro

por no poder hacerla sinónimo de un paisaje”.

Al parecer, la presencia de esta “melodía rota” se nos hace evidente por sus efectos: uno, por el ruido enceguecedor de aquello que no anda y que a su vez enmudece; dos, porque ella es condición del saber -un saber capaz de darle “un rostro”- para poder circundarla, para hacerla “sinónimo de un paisaje”. Ahora bien, con Alejandra me pregunto si la verdad es hermana de goce, la soledad lo sería de lo real en tanto imposibilidad estructural del sujeto de ser Uno con el Otro?

 

PRE-TEXTO 12.-La trampa de los chorlitos

Soledad Calderón – CID Mendoza

 

Soledad y lazo me lleva a pensar en ese clásico binarismo positivista que reinó en el psicoanálisis mucho tiempo; Yo/otro, individual/ social, presencia/ausencia, por nombrar algunos.

El primer párrafo del capítulo introductorio a la Psicología de las masas y análisis del yo de Sigmund Freud (1921), dice lo siguiente: “La oposición entre psicología individual y psicología social o de las masas, que a primera vista quizá nos parezca muy sustancial, pierde buena parte de su nitidez si se la considera más a fondo. Es verdad que la psicología individual se ciñe al ser humano singular y estudia los caminos por los cuales busca alcanzar la satisfacción de sus mociones pulsionales. Pero sólo rara vez, bajo determinadas condiciones de excepción, puede prescindir de los vínculos de este individuo con otros. En la vida anímica del individuo, el otro cuenta, con total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente psicología social (…)»

Desde esta tesis lejana pero muy vigente, el binarismo parece ya diluirse, escabullirse. Nos servimos entonces de la topología moebiana que nos facilita Lacan. La soledad del Uno solo, pero no sin el otro en sus posibles variantes. En la soledad radical de nuestro goce nos las tenemos que ver con el otro indefectiblemente, de ahí que el lazo pueda remitirnos a algo éxtimo.

En el afán de construir esta idea que aquí les traigo en este pre texto busqué el origen etimológico de la palabra lazo. Lazo procede del latín laquĕus: Lazo – trampa, ¿trampa?  sí, en conexión a una raíz indoeuropea, lek: trampa.

Interesante…. si algo nos enseña el psicoanálisis en su praxis misma, es que los sujetos caen como «chorlitos» en sus propias trampas.  Al parecer no se puede escapar a caer en ellas. Una vía posible es estar advertidos de ellas mediante el encuentro con el discurso analítico. Enlazarse o desenlazarse esa es la cuestión para cada quien….

Una de las tantas trampas es creer que por la vía del lazo algo de esa soledad va a desaparecer. Muchas otras trampas singulares vendrán a su mente. Invito a pensar en ellas.

 

PRE-TEXTO 13.- El lazo, un tratamiento.

Julia Ahun – CID San Juan

 

Voy a comenzar con una pregunta que Miller se realiza en su curso, El Lugar y el Lazo, se pregunta ¿Quién va al análisis hoy? Dice, solamente los decepcionados del “deber ser”, los que tienen un ideal (…) aquellos que quisieran ser diferentes de lo que son, creen o se imaginan que podrán serlo.

En algún punto, en esta decepción se deja de sostener cierto ideal, y de estar ligado a algo que era necesario- sin embargo, el sujeto más específicamente, lacaniano, es impensable sin un partenaire, se enlaza de maneras y a formas diversas, siempre enlaza con algo, aunque no muchas veces convenga para el sujeto o no sea tan sencillo saber hacer con eso.

Se me ocurre poder ubicar el lazo articulado a tratamiento, el lazo a la manera de un tratamiento, me pregunto ¿tratamiento de qué?, de eso que no puede ser reparado, ni remediado, tratamiento de ese encuentro traumático, de esas huellas que dejaron marcas, de lo más íntimo de cada quien, esto me recuerda lo que Lacan en su seminario XX, nombra lalengua, dice que lalengua es el asunto de cada quien, y que la experiencia del inconsciente este hecho de lalengua.

Entonces, es en la experiencia analítica, en el lazo transferencial donde se pone en juego “el asunto de cada quien”, es decir, como trata el sujeto eso incurable, eso que siempre falla.

 

PRE-TEXTO 14.- A mis soledades voy…

Nelly Sosa – CID San Juan

 

Hay una tendencia a tratar a la soledad como una desgracia…eso se encuentra claro en nuestros tangos. “Percanta que me amuraste/ en lo mejor de mi vida”. La poesía, la literatura también fatigaron en justicia el tema.

Como no somos humanistas al menos en el sentido tradicional del término, decimos: que el análisis cuando avanza conduce a la zona ineludible, donde la soledad se convierte en una instancia. El sentimiento de soledad, siempre miente un poco sobre la verdadera pareja del sujeto y estar a solas siempre es con algo, como nos enseña Juanito que estaba a solas con Mariedl.

La soledad es uno de los modos más brillantes de ubicar en el centro al Otro, en cualquiera de sus formas.

El psicoanálisis se presenta como el revés de los otros discursos, para mantener lo singular como la única posibilidad de lazo social. El analista es el partenaire de la soledad del sujeto, con toda la equivocidad de la expresión es el que lleva al analizante hasta la experiencia de la soledad, ante su verdadera pareja, es el que asiste el tratamiento de este goce opaco, como para que el analizante se desprenda de ella, al menos un poco, lo suficiente para el lazo social: como Lacan que renunció a la suya “Mi soledad es precisamente a eso que renuncio al fundar la escuela”.

La escuela es en sí mismo un tratamiento de la soledad. Nos equivocamos si pensamos el lazo social solo en clave de significación y sentido por vía del reconocimiento, podemos entender también el lazo social en clave libidinal- pulsional, el cual nos desplaza de la significación a la vía del objeto.

Es así que cuando el sujeto se relaciona, su goce entinta el vínculo.

 

PRE-TEXTO 15.- Soledad sin Otro pero no solos. Un aporte, un pretexto.

Franco Masi – CID San Juan

Me interrogo sobre la relación entre lazo social y soledad del lado derecho de las fórmulas de la sexuación y si podemos extraer de esto una enseñanza para la formación.

Tomo dos citas:

Miller precisa que: El lazo social significa que el sujeto […] no está solo, qué siempre está el Otro… […]

Me lleva a la pregunta de si los discursos (como generadores de lazos) pueden pensarse del lado derecho. Si se puede hacer un tratamiento del goce por los discursos, Allí donde no los hay, donde la referencia al falo no interviene, allí donde no hay sujeto (barrado), allí donde hay goce en el cuerpo… ¿qué sucede?

¿Se hace lazo, y por ende algo con la soledad, en el parlêtre inscripto en ese lado?

Lacan en el Atolondradicho nos dice que: […] el goce que divide a la mujer permite que haga de la soledad su partenaire.  Esa referencia, enigmática, sirve para seguir pensando el arreglárselas con la soledad del lado derecho.

Hacerse partenaire de la propia soledad sin Otro, pero no solos sino con los arreglos sinthomáticos de cada uno posiblemente enlazados por la transferencia de trabajo.

 

PRE-TEXTO 16.-  Quédate en casa

Marisol Fullana – Responsable local Delegación La Rioja

 

“Quédate en casa” fue el slogan más fuertemente escuchado en pandemia, el mismo confinaba a cada quien a sus hogares, siendo los niños quienes más sufrieron su efecto. Mientras que los adultos volvían paulatinamente a sus trabajos y a su cotidianeidad; la presencialidad en escuelas, jardines maternales o clubes de barrio, no era una opción para los niños por largo tiempo.

De este modo, los pequeños infantes, quienes se encuentran en un momento de constitución subjetiva, quienes necesitan de otros, de pares, de “salir al mundo”, han contado como único otro posible lo familiar. Considerando que la manifestación fenoménica de los síntomas depende del contexto cultural y social, y que en la actualidad los significantes amos dominantes como el aislamientos o distanciamiento social se hicieron sentir fuertemente en los niños. Me pregunto entonces ¿Qué síntomas encontramos o encontraremos en estos niños?, ¿Qué efectos podrán leerse en su constitución subjetiva? Sin embargo, el discurso analítico ofrece un lazo nuevo, que permite alojarlos. El analista estará del lado del sujeto niño, tal como plantea Miller (2021) “su tarea es llevar al sujeto niño a jugar su partida con las cartas que le fueron repartidas”.

 

 PRE-TEXTO 17.- Ese uno no sin Otro 

 Patricia Rojo López – CID San Luis

“Aquella insistencia por las cosas del amor,

ese querer, saber y hacer

con sus soledades y con sus lazos

reinventaban cada hystoria.

Ese uno no sin otro.

Y esa causa que entusiasma.”

 

PRE-TEXTO 18.- La China Josefina Star Iron *

Daniela Gil – CID San Luis

 

Cuando Liz conoció a la china, ella era una hembra más del montón y a todas las llamaban china. “Había nacido de yuyos de la pampa”. No tenía familia, “era la negra de una negra”, que la tuvo hasta que Fierro, “el gaucho cantor,” se la ganó jugando al truco. Con menos de 14 años le había dado dos hijos. “Cuando se llevaron a todos los hombres del caserío, la china se quedó sola, de una soledad animal.” En estas condiciones conoció a Liz, frente a la pregunta de cómo quería nombrarse, decide: aferrarse a seguir siendo la china, Josefina se lo puso Liz, Star en honor a su perro estreya y Iron a falta de apellido, conservó el del gaucho cantor, “China Josefina Star Iron” y por ultimo también Tararira. Habrá que seguir leyendo, Las aventuras de la China Iron, para conocer un poco más.

Creo que es a partir del encuentro con Liz, que hizo de ese pedazo de carne que nació de los yuyos, un sujeto. Surgido en el campo del Otro, que pudo hacer lazo, de una forma singular, con esa lengua propia que compartía con Liz, como una segunda piel que no solo se hizo de nuevos ropajes sino de palabras, las palabras que Liz le enseño y las que ella le enseño a Liz.

 

*Las aventuras de la China Iron, Gabriela Cabezón Cámara, 2017. Editorial Penguin Randon House

 

PRE-TEXTO 19.- El Amor en tiempos del Uno – solo

Leonardo Rodríguez Achilles – Responsable local CID San Juan

 

Cada uno, por su amor propio, por su narcisismo, puede en tanto ser hablante buscar las condiciones de su felicidad según el modo de gozar que en uno habita.

Al punto tal que a través de la pareja del amor o más allá de la misma, se presenta el anclaje sintomático que en efecto puede ser considerado su verdadera pareja.

En tiempos del Uno – solo, en el cual se privilegia el goce autístico, y allí donde prolifera la heterogeneidad de soledades, el lazo del amor queda trastocado.

El ser hablante en la experiencia analítica responde con la soledad de su goce, cuando el Otro no existe para calmar la soledad.

De este modo “no hay relación sexual”, es decir, que cada uno está a solas con lo que ha llegado a ser su objeto que es su pareja con la cual se las tiene que arreglar cuando se está a solas. Jacques Alain Miller lo dice muy preciso, “no hay relación con el Otro, sino siempre y solamente relación con el objeto”.

En los años 70’ el discurso analítico ve surgir el amor en una función inédita que conecta el goce con el Otro. El amor toma entonces no solo la función de velo, sino una función de anudamiento, al permitir enlazar el goce con el Otro.

¿Será el psicoanálisis el que posibilite que la soledad, como la describe Lacan en su Seminario Aún, una soledad que es “ruptura del saber” de la que nada sabemos, se inscriba de otra manera bajo transferencia?

De allí la posibilidad de la emergencia de un nuevo amor, de una soledad sinthomática que haga lazo en comunidad.

 

PRE-TEXTO 20.-  La soledad. Un imposible de circunscribir completamente

Anabela Reus – IOM Delegación La Rioja

“La soledad no es estar parada en el muelle, a la madrugada, mirando el agua con avidez. La soledad es no poder decirla, por no poder circundarla, por no poder darle un rostro, por no poder hacerla sinónimo de un paisaje. La soledad sería esta melodía rota de mis frases” (Poema “la palabra del deseo”, Alejandra Pizarnik)

La soledad da acceso a lo imposible de intercambiar con el Otro en tanto es aquello de lo que no se puede hablar. Nos envía a esa falta de un significante que pueda circunscribir de modo completo esa forma de sentir.

Ante la imposibilidad de darle un rostro, de representarla, ¿Es posible nombrar algo de ella como una vivencia cruda y lacerante que atraviesa el cuerpo, como una experiencia de vacío inexplicable, sin ficciones que salgan al encuentro para mentir un poco y suavizar ese estado tan radical del sujeto?

La soledad da aviso de su existencia cuando el sujeto se confronta no sólo con la falta del Otro, cuando éste no responde, sino con su efecto que es su propia falta. Aparece ante esa imposibilidad que encontrará siempre el sujeto de ser Uno con el Otro.

¿Se trata del “desamparo”, de ese “desasosiego absoluto” que planteara Lacan en su Seminario 7, en el que el sujeto ya “no puede esperar a nadie”?

Lacan allí se pregunta si “la terminación de un análisis (…) no debe enfrentar en su término al que la padece con la realidad de la condición humana? (…) la Hilflosigkeit, el desamparo”, esa relación del sujeto consigo mismo”

Es una apuesta del psicoanálisis alcanzar y despejar esa soledad, en tanto radical singularidad, lo que permitiría establecer desde allí un lazo nuevo.

 

PRE-TEXTO 21.- En tiempos de empuje a la soledad, ¿Qué chance para los lazos?

Marcela Finos – CID San Luis.

 

“Y yo sola con mis voces, y tú estás del otro lado que te confundo conmigo”. (Alejandra Pizarnik.)

El   documentalista ítalo-sueco Erik Gandini describe en su documental La teoría sueca del amor, la actualidad de Suecia como un modelo de sociedad avanzada que provee a su ciudadanía de una de las calidades de vida más elevadas del planeta. Este documental muestra a la población más autónoma e independiente del mundo que, a partir del ideal del individualismo ha llegado a gozar de la vivencia de una soledad primordial. Los ciudadanos, todos juntos, todos solos, están en busca de la individualización que permita al sujeto ser cada vez más capaz y más autónomo; con lo cual se pretende la construcción de la propia identidad, prescindiendo de cualquier tipo de lazo social, cualquier tipo de lazo al otro.

El trabajo de Gandini revela que la abulia profunda y la soledad reinan en esa sociedad donde las personas han perdido la capacidad de generar lazos y mucho menos sostenerlos, en tanto estos atentan contra el propio individualismo. Así mismo, el trabajo presenta a Suecia como el país con la mayor tasa de emancipación del mundo, a la vez que con uno de los índices más alto de suicidios. Allí la mitad de la población vive sola y muchas veces muere sola, en sus viviendas, sin que nadie se entere de ello por mucho tiempo.

Zygmunt Bauman es entrevistado al respecto y aporta su reflexión: “al final de la independencia no está la felicidad, está un aburrimiento absolutamente inimaginable, el vacío y la insignificancia de la vida”.

 

PRE-TEXTO 22.- Notas sobre el amor

Verónica De Stefano – CID San Juan

 

  1. Freud “El malestar en la cultura”: “Desde tres lados amenaza el sufrimiento, desde el cuerpo propio…desde el mundo exterior…y desde los vínculos con otros seres humano. Al padecer que viene de esta fuente lo sentimos tal vez más doloroso que a cualquier otro”. Sin embargo, por más “Malestar en la cultura” que exista, el hombre sigue siendo “animal de horda”, pero gracias a un componente: el amor como una de las bases de la cultura, en su función de ligazón.
  2. Lacan “Seminario 20”: “esa verdad de que no hay relación sexual” … “hay siempre el Uno y el Otro” y cuantos esfuerzos humanos, cuantas desilusiones, por hacer del Otro Uno, de buscar la media naranja, el alma gemela, de que Aquiles alcance a la Tortuga, sin poder percatar que “el amor es impotente (y narcisista), porque ignora que no es más que el deseo de ser Uno”. Pero sostiene con cierta necedad de que: “Lo que suple la relación sexual es precisamente el amor”. De allí las frases de que “el amor es ciego”, del “enamora-miento”, y los des-engaños del amor.

¿De qué se trata entonces? ¿de un amor menos narcisista, un amor real, “un amor más digno”? Una respuesta posible: acercarnos al campo de lo femenino, del no-todo, entre el centro y la ausencia, sin forcluir la soledad existencial que subsiste en al lazo amoroso, la barra entre Uno y el Otro.

  1. Bassols lo enuncia en forma curiosa: “asumir la soledad elevada a la segunda potencia” que implica lo femenino, y la posición del analista, difícil de alcanzar: “confrontarse a la ausencia que resulta de ser tortuga (Otra) para sí misma” y que esto no implique la dimensión de la tragedia.

 

 

PRE-TEXTO 23.-

Silvia Salvarezza – CID Neuquén

 

Una frase de Jacques Alain Miller en «La erótica del tiempo», una reflexión de Milena Tusquets en su novela y algunos temas de Joao Gilberto, sirvieron de intertexto, de excusa para pensar, la soledad al modo femenino frente a lo imprevisible, a lo incalculable y también señalar, que las estrategias, para velarlo, no alcanzan; muchas veces fallan…

Desafinados

Eso es lo único. Y no da resaca. Eso, el sexo.

Efecto fulminante. Escombros, instantes.

Silencio. Gritos. Gemidos.

Luz azul. Luz diáfana. Calor. Temor.

Eso, ya no importa.

Pasará. Y como en algunos futuros, inciertos…hace su entrada el amor.

¿Qué es lo que pasa?

Pasa, que ellas se enamoran.

Se enamoran más, que ellos.

Ellas. Ellos.

Espejos, imágenes y miradas…Donde ellas pierden casi siempre, más. Más, que ellos.

Pierden, porque se enamoran. Se pierden en todo el fragor y aunque ya diluido,

les basta ese clima tan vaporoso, de sábanas y azahares, que se escribió en el alma.

Y de golpe, sobreviene un tiempo. El tiempo de la pregunta. La tan temida. La inoportuna. Esa, que se adelanta al acto:

“¿Pero ¿cómo?  ¿Ya te vas?” Y la respuesta sin proferirse, se escucha sola. Sola, como esa nota:

“¡Sí, me voy!”

Entonces… el eclipse. Otra oscuridad.

La de un amor, que no ha tomado su lugar.

 

Miller, Jacques Alain “La erótica del tiempo». Pág. 25. Tres Haches, Bs. As. 2003

Tusquets Milena, “También esto pasará” Anagrama, Barcelona, 2015

Gilberto, Joao. “Samba de una nota sola”

Gilberto, Joao. “Eclipse”

S.E.S. “Ideas sueltas” Neuquén, 21-9-2017.

S.E.S. “Desafinados” Neuquén, 25-05-15.

 

PRE-TEXTO 24.- La soledad de los niños del uno

Gabriela Molina – CID San Juan

Soledad y Lazo son los dos significantes puestos al trabajo para las próximas jornadas en Cuyo, ambos me resonaron de un modo singular, remitiéndome directamente a un tema de gran interés para mí en relación a la clínica de la infancia y particularmente a la clínica de los niños del UNO.

Los niños del UNO, están invadidos por un goce que no consiente al lazo al Otro, permanecen sumidos en una profunda soledad.

Encontramos en ellos la letra no enlazada al significante, por lo tanto, es sinsentido, una pura marca. Es la cara del goce autista de la fijación, huellas de goce que se repiten sin pasar por el Otro, aquí no se trata de la repetición que siempre es de lo diferente, se trata de lo mismo y la repetición de lo mismo se llama “iteración”.

Miller dice que el analista puede “operar milagros con un niño si logra encarnar ese S2 para el niño”, esta enunciación, se convierte en una verdadera orientación, el analista en lugar del S2, apuesta con su intervención poder conmover, molestar la defensa en un tiempo donde ésta aún no se ha cristalizado, ya que Lacan nos enseña que” en el niño algo no ha sido aún acabado, precipitado, por la estructura”.

En la clínica con niños el analista juega su partida apostando al lazo, vía la transferencia, maniobra con su cuerpo y su palabra para alojar el sufrimiento y forzar la tensión entre soledad y lazo.

 

PRE-TEXTO 25.- Solo con otros

Patricia Sara Gerbaudo – CID San Luis

 

“Cuando hablo de política lacaniana no se trata de narrar acontecimientos (…)  sino de extraer sus principios” JAM.

Va este breve recorrido como pretexto para recibir a Daniel Millas y encontrarnos en esta II Actividad Regional Extraordinaria: Soledad y lazo.

El inicio del Acto de fundación “Fundo- tan solo como siempre lo estuve en mi relación con la causa psicoanalítica- la Escuela francesa de Psicoanálisis (…) “ha dado distintas interpretaciones con consecuencias para el modo institucional que se deriva. Lacan tuvo que aclarar que estaba allí solo (seul) y no que era el único (le seul) porque de este modo también se leyó su declaración.

Miller señala la paradoja de instituir una comunidad reenviando a cada uno a la soledad subjetiva. Propone “la Escuela es un sujeto” para diferenciar lo que es del orden del sujeto y lo individual: “El sujeto no es un individuo. (…) El efecto-sujeto que se produce está articulado al Otro. Es a esto que denominamos lo colectivo, lo social”

La Escuela como lazo entre sujetos que tienen un ideal que es la causa experimentada por cada uno en su propia subjetividad. La Escuela como “suma de soledades” en las que cada analista por su análisis se ha confrontado a la soledad respecto al Otro del significante, del fantasma, del goce.

El deseo de Lacan constituye una Escuela que permitiría plantear la paradoja de que no hay excepción, sino conjunto de excepciones. En este punto se lee el solo (seul) de su Acto de fundación y también se podría leer “el psicoanalista no se autoriza sino a sí mismo” en la Proposición.

 

PRE-TEXTO 26.-  Un-pair

  1. Paz Escudero Ferdinand – CID San Luis

En el ocaso de la tarde,

vibran bellos colores.

Tu rostro se ilumina

Y parece querer decir algo,

Pero el silencia atraviesa la experiencia.

Ya no hay más que decir,

Sólo un encuentro es posible,

Enredándose los hilos de cada trama, para luego volver a desenredarse

cada Uno.

 

PRE-TEXTO 27.- Devenir analista: entre soledad y lazo

Cecilia Gómez –  Delegación La Rioja

Comienzan a difundirse los pretextos, leo las palabras de Jorge Rodríguez sobre la fantasía de la isla desierta y me evoca un poema del John Donne que me interpeló en un tramo de mi experiencia analizante, trastocando mi relación con el psicoanálisis.

¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?

¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?

¿Quién puede desoír esa campana y cuya música lo traslada fuera de este mundo?

Ningún hombre en una isla entra por sí mismo

Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.

Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida,

Como si fuera un promontorio, o la casa de tus amigos, o la tuya propia.

Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta,

Porque me encuentro unido a toda la humanidad,

Por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. (1)

La soledad neurótica, bajo transferencia, encuentra rostros diferentes en el transcurso de un análisis. Pero hay una soledad que concierne al practicante: es la imposible identidad del analista, fundamento real de un lazo posible con otros. Si bien, la ilusión de la soledad que recae sobre el psicoanalista le viene de la práctica, de la soledad de su acto, Lacan formalizó la estructura del discurso analítico como lazo social. No hay discurso que pueda sostenerse con uno solo, no hay discurso solitario. Para lacan se trataba de hacer existir el psicoanálisis, y no de que exista el analista.

Un análisis terminable implica un “con”: “saber darse maña con el propio síntoma: éste es el final del análisis. Hay que reconocer que esto es limitado. ¿cómo se lo practica?” (2) lejos de cualquier ideal y más cerca de la contingencia, el fin de análisis no condena a ningún individualismo ni está del lado del hedonismo feliz de nuestra época. Por eso la invitación al pase, que “no es una salida, es incluso, lo contrario: un modo de arreglárselas. No salir de, sino arreglárselas con. E un arte, es decir, un artificio” (3). Un saber hacer con otros, no sin el modo sinthomático de enlazarse de cada uno.

 

1.- Donne, J., Las campanas doblen por ti

2.-Lacan, J. (1976 -77, Clase del 16 de noviembre de 1976. El seminario, libro 24

3.- Miller, J-A (2013) Piezas sueltas. Bs As, p49.

 

 

 

 

 

 

 

 

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