Advertencias inútiles
No lean a Michel Houellebecq durante una cuarentena por un virus.
Hoy repetí como un mantra la frase de Jacques Alain Miller en una entrevista realizada en Julio de 1999: “Y cuanto más se vuelva común la presencia virtual, más preciosa será la presencia real.”1 No pretendo deslizarme en el sentido hoy magnificado de poner en valor justo lo que por ahora está restringido, sino para poner en cuestión la idea de la presencia. ¿Qué se hace presente en el encuentro con un analista? ¿Cómo se hace presente el Otro en cada uno? ¿Qué es una presencia real? Cuando cada uno está con otros, ¿está presente? ¿Cómo hacerse presente para alguien?
Y si a pesar de mi advertencia lo leen, tomen sólo un trazo: “Actualmente estamos en la vida como si estuviéramos en las placas tectónicas de California, vertiginosas plataformas separadas por el vacío; el vecino más próximo está a unos cientos de metros, pero aún podemos verlo a través del aire límpido (y la imposibilidad de un reencuentro se lee en todos los rostros). Actualmente estamos en la vida como simios en la ópera, gruñendo y agitándonos cadenciosamente. En lo alto, suena una melodía.”2
Suena para cada uno una melodía.
Ivana Villalobos
1 https://nelguayaquil.org/2020/04/13/entrevista-a-jacques-alain-miller-y-cuanto-mas-se-vuelva-comun-la-presencia-virtual-mas-preciosa-sera-la-presencia-real/
2 Houellebecq, M. Poesía. Barcelona, 2012. Anagrama. Pág. 55.