“Seré una mujer bailarina o no seré nada…”
“No quiero ser un ejemplo…” Lara en Girl
Este relato audiovisual:“Girl”, ha sido una buena excusa para intentar escribir algo sobre dos cuestiones que me
inquietan respecto a los síntomas y a la clínica en la actualidad.
Un punto es el binarismo de género, que descarta de entrada cualquier posibilidad de existencia fuera de esas dos categorías de adscripción obligatoria y excluyentes entre sí.
Lacan lo llamó“la ley de segregación urinaria: hombre o mujer”, -en la instancia de la letra (escritos 1)- Allí toma el cuarto de baño como el lugar donde se escenifica públicamente la interdicción y la definición obligatoria del género. (tailandia- tercera opción de baños).
En su última enseñanza Lacan rompe la concepción monolítica de lo masculino por un lado y lo femenino por otro ya que juntos conforman un sistema binario que no es completo ni complementario. Existen fisuras, excepciones y fugas.
Es así como las formulas de la sexuación marcan un límite y nos alejan de la noción más difundida de la complementariedad de los sexos, masculino y femenino son dos formas de incapacidad del sujeto para alcanzar una identidad plena. El hombre y la mujer no hacen todo, cada uno es en sí mismo una totalidad fallida.En síntesis en el inconsciente no hay hombres ni mujeres.
Freud, en “El malestar en la cultura” (1929), nos dirige hacia la pulsión y sus vicisitudes”, punto que toma lacan y plantea otro gran hallazgo, al no teorizar sobre la sexualidad en términos de género , sino de goce. Y este, el goce nunca miente, y la posición desde la que se goza, revela lo más propio del sujeto. Es imposible reducir esas posiciones a dos.Por lo tanto la elección de ser hombre o mujer, depende de sus modos de goce en relación con el Otro.
El otro punto al cual invito a poner en conversación es respecto a la reasignación quirúrgica de genero.
En el Seminario 19, O peor…, Lacan afirma que el transexual comete un error cuando confunde “goce” con “falo” y cuando pretende forzar el discurso sexual a través de la cirugía, interviniendo en el quirófano sobre el significante falo para deshacerse de él, lo cual, en tanto que imposible, supone el pasaje a lo real.
En la clínica actual,nos encontramos con un viejo desafío:propiciar una mayor articulación entre médicos y psicoanalistas para poder atravesar este anacrónico binomio como así también la transformación de los cuerpos como “una solución para todos”. Ya que ante la demanda de someterse a una operación de reasignación genital: hasta qué punto o en qué casos se trata de una decisión libre y legítima; en qué medida se trata de una demanda reactiva frente a actitudes sociales excluyentes y si existen otras formas de vivir con el propio cuerpo que puedan ser satisfactorias para el sujeto. O si, la demanda de transformación genital responde a un delirio del cuerpo dentro de una estructura psicótica.
Desde esta perspectiva,se trata de ir más allá de la mentalidad binaria de la identidad de genero, la cual lejos está de tener que ver con la anatomía. Es allí donde debemos operar y quizás no-todo sobre los cuerpos.
Patricia Rojo – CID San Luis
